Propuesta

Un nuevo esquema pedagógico se requiere para mirar al pasado precolombino de América.  La inexistencia de escritura alfabética a la llegada de los Europeos en el siglo xvi, no se puede interpretar como ausencia de conocimiento y memoria colectiva, ignorando que la mano, con el cerebro y el ojo son la base de distintas formas de lenguaje y escritura. Y que existen en Colombia cerca de sesenta lenguas nativas que son conocimiento acumulado, cosmogonías de las que mucho podemos aprender.

Entender ese pasado es necesario para iluminar el futuro con una nueva concepción de la educación. Es lo que Rodolfo LLinás plantea como el filo de la oportunidad,  que Colombia puede utilizar con provecho el acceso de que dispone a los legados Occidental, Amerindio y Afroamericano, a elementos de las sociedades modernas, pre-modernas y post-modernas, para diseñar nuevos sistemas de aprendizaje e incorporar diversas orientaciones culturales al dominio del racionalismo científico y de la tecnología contemporánea (LLinás: 1994).

Nuevas tecnologías y Patrimonio arqueológico pueden aportar en diseños de integración curricular en áreas como Historia, Geografía, Arte, Lenguaje e Informática, aún para leer textos sagrados como el Génesis, donde dice que “…cuando Dios ya había hecho el cielo y la tierra, y aún no había plantas ni había brotado la hierba, porque no había hecho llover, ni había nadie que la trabajara, entonces formó al hombre de la tierra misma y con un soplo le dio vida.”  Porque el pleno significado y sentido de la cerámica en la Colombia y América precolombinas es algo aún por descubrir e interpretar, tarea para académicos de la arqueología, antropología, historia del arte, entre otros, cuyos aportes se difundirían en la educación superior y escolar básica en desarrollo de mandatos legales.

Ahora todas las formas de comunicación, desde la lecto-escritura alfabética hasta el lenguaje audiovisual, se integran en Internet. Pero Internet es más que eso, es un espacio donde convergen, presente, pasado y futuro, en un tiempo no lineal. Es un presente cultural y tecnológico que exige y permite investigación académica aplicada e innovación en prácticas pedagógicas. Y del pasado, que lo que más tenemos es olvido, podemos sembrar allí el arte arqueológico, y desde esa y otras memorias y saberes, reflexionar e interactuar conjuntamente académicos, docentes y escolares, creando nuevos entornos de aprendizaje, aún en pre-escolar, con la web como instrumento y red social y pedagógica, para construir Proyectos de Aula, de Vida y de  Nación.

Recordemos la sabiduría filosófica de los Kogi, de la Sierra Nevada de Santa Marta, descendientes de los Tayronas, nuestros “hermanitos mayores” como se han bautizado en su lengua Arhuaca. Ellos comparan el acto de tejer, principio de la elaboración cerámica, con el proceso de pensamiento. Porque la cerámica fue un invento para vestir lo urdido por la mano, que fue primero un recipiente tejido, un canasto que luego se convirtió en vasija para hacerse eterno. Para volver al acto íntimo de la creación sus mamos (sacerdotes), ordenan al culpable de un mal comportamiento, tejer, como parte de una enseñanza moral, porque, dicen: “Cuando uno está hilando, uno piensa. Así sentado, torciendo el hilo sobre el muslo, uno piensa mucho: en la gente, en el trabajo, en todo…”.

Al sentarse el Kogi frente al telar, sus pensamientos se entretejen en una tela y esa tela es la vida. El vestido que lleva el Kogi es su vida, porque “solamente uno mismo teje la tela de su vida”, según reza una de las recitaciones del mamo, cuando a la comunidad reunida le habla del destino humano y de la gran soledad en que cada persona debe buscar la superación ética.

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